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Unión de Maestros Primarios y CTERA

Transcripción completa de una entrevista a Juan Carlos Comínguez sobre la creación de la Unión de Maestros Primarios, UMP,  realizada en 2007 por Fernando de Acha y Claudia Mario. En la misma se plasma el proceso por el cual se desarrollaba la democracia en el sindicalismo docente, así como la lucha por la unidad consensuada mediante participación activa y pluralismo ideológico, prácticas que dieron lugar a la creación de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, CTERA, en 1973. Asimismo, se retrata la militancia y la vida de uno de los cofundadores de Confederación.

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Nací el 11 de diciembre de 1939. Me recibí de Maestro Normal Nacional en al año 1957. Me incorporé a la vida política en 1959 a través de la organización y participación en la Comisión Nacional de Solidaridad con Cuba. La Comisión hizo una gran colecta nacional en su primer año, y pudimos donarle a la República Socialista de Cuba una escuela, acorde con el plan de alfabetización que se estaba llevando a cabo en la isla, y un tractor, en función de la reforma agraria que estaba llevando adelante la Revolución.

En esta campaña alfabetizadora participaron muchos maestros argentinos, los cuales plasmaron su experiencia en un libro. Una de las participantes en esta campaña fue la recientemente fallecida Tatiana Viola, dirigente de la UMP. Entonces, solíamos hacer reuniones no solamente con compañeros del Partido Comunista, sino con los llamados "amigos", "compañeros de ruta", "aliados" o "interesados". En esas reuniones, Tatiana daba charlas acerca de lo que se estaba haciendo en la isla. Se presentaba con su uniforme de alfabetizadora, lo cual concitaba rumores, admiración, sorpresa.
Mientras participaba en estas actividades, me asocio a la UMP. De esta manera, voy desarrollando mi militancia en la Comisión de Solidaridad con Cuba, la cual en ese momento era muy importante por el asedio del imperialismo. Basta recordar la invasión estadounidense en Playa Girón. Es en ese momento en el que resulto detenido, siendo dejado luego en libertad. En suma, en este período milito en la Comisión y empiezo a participar en las reuniones del gremio.
Si tomamos la etapa 1957-1973, nos daremos cuenta de que es un período nacional muy particular. Existían el decreto 4161 que prohibía los símbolos del Partido Peronista, y reprimía al peronismo y la Ley 17.401 de represión al Partido Comunista. En dicho período, son más los años de dictaduras militares que de democracia en la república burguesa. Los dos presidentes elegidos por el voto popular, Frondizi e Illía, caen por golpes de estado. Son años de dictadura militar que no debe ser tomada a la ligera. Aunque la dictadura militar del '76 fue cruenta, terrible (yo fui detenido-desaparecido, teniendo el antecedente de que, siendo diputado, la Triple A me había puesto en la primera lista para que abandonara el país (junto con mi familia -pero nos quedamos-; el 24 de marzo de 1976 fuerzas policiales y militares destruyeron mi domicilio con más de 200 disparos, robando todo, pero teniendo la suerte de no estar ahí porque, si no, estaría en la lista de los muertos), en estos años a los que hago referencia hay todo un sistema de represión, Estado de Sitio, Ley Marcial, Cámara del Terror, Central Nacional de Inteligencia, Coordinación Federal, SIDE, Plan CONINTES, detenidos desaparecidos, pena de muerte, fusilados, ejecuciones perpetradas por bandas paramilitares y parapoliciales, muerte civil por persecución ideológica, pérdida del trabajo por parte de obreros, empleados, profesores, artistas, maestros, profesionales, campesinos; pérdida de puestos de dirección en sindicatos u otras instituciones.
“Leyes” de tipo institucional y corporativo que crearon el CONASE, CONACYT, CUNES, Estatutos de los Partidos Políticos, macartismo en el artículo 213 bis del Código Penal y en las normas que impedían lograr cartas de ciudadanía, el decreto que establece el llamado libro secreto de la Policía Federal, edictos en la Capital y los reglamentos de faltas en las provincias. Discriminación racial, sexual, etc..
Es decir, fue un caldo de cultivo para lo que después se repetiría y profundizara  en la década del 70 con el golpe del 76.
La UMP tiene su origen en el Movimiento Pro-sanción del Estatuto del Docente. Se juntaron miles de firmas para que se sancionara el Estatuto del Docente, el cual fue finalmente promulgado en el año 1958 mediante la Ley 14.473. Nosotros hemos sostenido, en ese periodo, que, así como en la república burguesa la Ley 1420 fundamentó un conjunto de ideas y prácticas en cuanto a la educación popular, común, sin diferencias de clase, sexo, religión, obligatoria por lo tanto gratuita y laica. adoptando la mayoría de las conclusiones del Congreso Pedagógico (1882), entre otras: 1) El principio del Estado docente responsable de la educación pública. 2) El gobierno colegiado  a través del Consejo Nacional de Educación, y la participación del vecindario en los Consejos de Distrito. 3) El financiamiento de la escuela primaria, autónomo, dotado de rentas propias por medio de un Tesoro Común y un Fondo Escolar Permanente. 4) La fijación de un mínimo de instrucción obligatoria enfatizando en los contenidos la geografía, idioma e historia nacionales. 5) El estímulo a los jardines de infantes, las escuelas para adultos y el recurso de emergencia de las escuelas ambulantes. 6) La normativa de la edificación escolar, del mobiliario y útiles. La inspección médica y la vacunación. 7) La normativa sobre el personal docente, su perfeccionamiento, su estabilidad y el derecho al retiro digno. 8) La inspección estatal sobre las escuelas particulares. 9) La promoción de las bibliotecas populares, etc., la Ley 14.473 la complementó, en cuanto a los derechos de los docentes, en todas sus manifestaciones.
En 1958, existían en la Capital Federal (con influencia en el resto del país) CAMYP y FAGE (Federación Argentina Gremial de Educadores). La UMP fue creada, organizada e impulsada por Tito Armas, Juanita Ramos, Ester Solves y Luis Andisco, todos camaradas del Partido Comunista, junto con compañeros peronistas, socialistas de izquierda, y radicales de centro izquierda e independientes.
Por un lado, estaba FAGE, caracterizada por ser de derecha, conservadora, católica confesional, privatista (lo cual no quiere decir que todos los afiliados a FAGE tuvieran esas características). Por otro lado, estaba la Confederación de Maestros, de centroderecha, vinculada al Partido Socialista Democrático, a la Organización Americana de Sindicatos Libres (dependiente de EEUU). Asimismo, había radicales de centroderecha, sectores laicistas, liberales (en el sentido de lo que fue el liberalismo para los ideales de la Ilustración, de las concepciones de la burguesía que hace la Revolución Francesa) y también socialistas de izquierda. Por supuesto, esto tampoco quiere decir que todos sus seguidores tuvieran esa identidad. Lo mismo podemos afirmar para los simpatizantes de la UMP, de quienes tampoco podemos decir que sostuvieran las ideas de las fuerzas políticas que hemos mencionado.
Entonces, existiendo FAGE con las características mencionadas y la CAMyP, donde había una gran fuerza antiperonista y macartista. los compañeros antes mencionados decidieron crear la UMP donde se practicara la democracia sindical directa, participativa, representativa (dado el carácter federativo que condicionaba el funcionamiento de los Distritos Escolares), pluralista, de base, de respeto a las minorías. Principios que luego llevaríamos a proponer, con otros gremios, para la organización de la CTERA. (1973)
Según sus Estatutos originales, dirigía y administraba la Asamblea General, luego la Comisión Central, seguía la Asamblea de los Distritos Escolares; Comisiones de Distrito; Delegados Escolares. Y viceversa, ya que las iniciativas originadas en las escuelas, se canalizaban democráticamente por la vía inversa. En ese sentido las actividades desarrolladas en el D.E. 16º y otros (que hemos mostrado ante la cámara) y que se encuentran en el archivo, son una prueba de lo que se afirma. Hay que destacar, que no en todos los Distritos Escolares, la UMP tenía la fuerza que desarrolló en la entonces Junta nº 4 (DDEE nº 12-15-16-17-18).
En el Estatuto de la UMP, el órgano máximo era la Asamblea Extraordinaria, que no solamente la podía convocar la Comisión Central, sino tres Distritos o el 5% de sus afiliados. También, la Asamblea Extraordinaria podía decidir acciones de huelga. Por primera vez, aparece en un Estatuto (Art. 21, inciso C) esta palabra, con la connotación tan especial que tenía en 1957, cuando las palabras "huelga", "sindicalización", "gremio" no sonaban bien en algunos sectores. Es importante señalar que el maestro de Capital Federal, de condición urbana, de clase media, tenía ciertas convicciones que, con el tiempo, fueron cambiando.
Entendemos que esa estructura de organización democrática – sindical, ayudó no solamente a que los maestros participaran directamente en las decisiones, sino socializarlos, sacándolos de su quehacer individual en el aula o en la Dirección de la Escuela.
Es importante destacar esta situación de aislamiento, cuando se los caracteriza como pertenecientes a la clase media urbana, que consolida sus concepciones individualistas y liberales como categorías de la Ilustración y del Iluminismo burgués y acentúan su fragmentación.
Su participación en las Asambleas de Distrito y en las Extraordinarias requería  un gran esfuerzo de los camaradas y compañeros.
Todos trabajábamos en las escuelas; y además de las reuniones que organizábamos en las mismas visitábamos permanentemente las del D.E. y vecinas. Decimos con gran esfuerzo ya que las Direcciones de las escuelas, muchas de ellas, eran reacias al sindicalismo, “dado su rol profesional”, y otras pertenecían a CAMyP o A.E.G. (F.A.G.E.) entidades que, por centroderecha liberal una, y por derecha, otra, nos impedían el ingreso para conversar con los maestros. Dejar los volantes era la mayor conquista, sin saber qué destino tendrían. Esta situación llevaba objetivamente a insistir en la elección del delegado por turno y por escuela; realimentando dialécticamente la participación y la organización, que al ser distinta (en contenido y forma) modificaba la conciencia de los adherentes a las otras organizaciones, o bien la falsa conciencia individualista – liberal.
También la organización por ley de la Capital Federal en Consejos Escolares, Distritos Escolares, nos obligó a la etapa de organización federativa.
El primer Estatuto determinaba que las resoluciones se tomaban por la mayoría basada en la mitad mas uno. La elección de la Comisión Central se realizaba por representantes de cada Distrito Escolar, proporcional al número de socios.
Todos los camaradas, militantes, dirigentes, pertenecían a las distintas instituciones señaladas.  Por distintas razones, la zona de la Junta Nº 4 era considerada la más combativa y “zurda” como se señalaba en algunos panfletos que aparecían de vez en cuando, y el Distrito Escolar 16, el “rojo”.
El famoso “contacto con las bases” era natural. Debe ser siempre natural. Como se suele decir ahora: poníamos el cuerpo y la palabra.  
Todos los compañeros que llegamos a cargos directivos – gremiales, no sólo fuimos dirigentes, sino fundamentalmente, militantes. Todos trabajábamos en nuestras escuelas, sin licencia gremial y poníamos dinero de nuestro bolsillo para los viáticos (fundamentalmente para viajar al interior). Hay una carta de AMSAD al respecto en donde se nos comunica no poder participar en una reunión en Rosario por razones económicas (está en el archivo).
Asimismo, teníamos que duplicar nuestros esfuerzos para salir en los medios, especialmente en los diarios, ya que “La Nación” y “La Prensa” privilegiaban a la CAMyP, por afinidades ideológicas, omitiéndonos en algunas oportunidades. Pero el peor papel lo jugó “La Opinión” ya que “nos corría por izquierda”, no solo al no publicar nuestros comunicados o conferencias de prensa, sino tergiversando opiniones cuando desarrollaba un análisis sobre la situación sindical docente. “Clarín”, “La Razón”, “Crónica” y “El Mundo” solían reflejar fundamentalmente las marchas y concentraciones y, dado que la U.M.P. era la organizadora y sus adherentes la mayoría, no tenían más remedio que publicar las fotos. Asimismo, dado el consenso estipulado, cuando queríamos dar una opinión más “ideológica” recurríamos al periódico de la M.O.G.D. (Movimiento de Orientación Gremial Docente) vinculado con el Partido, “Educación Popular” o “Propósitos”, periódico en el cual compartíamos la dirección y que publicó por primera vez, a pesar de la represión y la censura, el primer escrito de R. Walsh sobre los fusilamientos en León Suárez –base luego de Operación Masacre-.     
Me gustaría explicar el fenómeno de la FAGE, los motivos por los cuales existía una organización con ese tinte tan cerrado. En el golpe del 43/44, el área educativa y cultural estuvo en manos de nacionalistas católicos de ultraderecha. En primer lugar, el Ministro de Educación era Martínez Zubiría, antisemita, nazi-fascista y difusor de las ideas de Eje. Por otra parte, el Presidente del Consejo Nacional de Educación era José Ignacio Olmedo, quien puso a todos los maestros en situación de comisión hasta que se les investigaran sus antecedentes ideológicos. Además, se creó una Escuela Nacional de Educación con contenidos ultramontanos, ultra-católicos, incluso se enseñaba Teología. Su director era Bruno Genta, el mismo que en la década del 70 fue asesinado por el ERP 22, un hombre de ultraderecha. Esto tiene que haber influenciado en el 43-44 a un conjunto de docentes para que después se constituyera la FAGE. Hago un comentario aparte: nosotros con los socios y simpatizantes de la FAGE siempre tuvimos una buena relación.
Debemos tener en cuenta el poder que ambas organizaciones (FAGE y CAMyP.)  tenían entre los docentes. Por ejemplo, en el año 1962, la suma de CAMyP y de FAGE da más del 70% de los votos en elecciones obligatorias para la Obra Social del Consejo Nacional de Educación el 18 de noviembre de 1962.
En la U.M.P. había una participación dinámica. Las elecciones para cargos directivos se hacían por voto directo teniendo como fundamento la pluralidad, la representatividad, presentando también un carácter federativo debido a la organización y estructura de la Capital en Distritos Escolares. Es decir, fue un modelo de organización sindical democrática, en el cual se respetaba a las minorías. Los candidatos de Junta se elegían por escuela, por Distrito y, después, por los cinco Distritos Escolares, como se puede ver consultando el archivo.

En la CTERA, llevamos esa concepción del pluralismo a través del sistema D’Hont: la representación proporcional. Por eso, en esa primera elección de la CTERA (1973), que se hace por medio del sistema D’Hont, los que representábamos al Acuerdo de Nucleamientos Docentes -que en el libro de CTERA se dice que era la fuerza mayoritaria- conformábamos la lista que sacó 18 representantes -creo-, y la Central de Trabajadores, cinco. Carlos Rochi, de CAMYP, fue el secretario general. Simón Furlán (UEPC), camarada de Córdoba, primer adjunto. Luego, el compañero Arancibia (ATEP). Después, yo por la UMP.
¿Qué nos propusimos estratégicamente en la UMP? Lograr la unidad sindical del magisterio en todo el país. Y lo logramos. El archivo –a disposición para consultarlo– así lo muestra. Con otros importantes sindicatos y dirigentes que aquí se mencionan.

Sobre el contenido y la forma del Estatuto de la UMP. En un Boletín de abril de 1958, la UMP dice que gestionará la Personería Gremial, del Decreto Ley 9270. La UMP marcó desde sus orígenes la necesidad de ser un sindicato conformado en base a las leyes de Asociaciones Profesionales. El hecho de que no lo consiguiéramos fue por diferentes motivos, los mismos por los que la CGT no nos atendía y, sin embargo, nos daba espacios de radio. La Confederación de Maestros se fundaba en una concepción liberal ilustrada. Es una concepción con cierto grado de elitismo desde el punto de vista de la profesión, y con una gran carga, puesta en las ideas del Siglo de las Luces, del Iluminismo, según las cuales la educación lo puede todo. Cosa que se sigue diciendo.
En la Argentina, los primeros en organizarse para luchar por sus reivindicaciones fueron los maestros primarios, básicamente, en las zonas urbanas, tanto del Interior como de la Capital. Después, en otra etapa, se organizó la enseñanza media, los profesores. En la última etapa, los docentes de las universidades. O sea, teníamos ramas, niveles y jurisdicciones totalmente distintas. La Ley 1420 simplemente les daba un marco a los maestros a nivel nacional. Luego, estaban los maestros provinciales y municipales. Era algo de una gran complejidad, caracterizada por una gran fragmentación y desigualdades impuestas desde el Puerto: nunca hubo un real federalismo, hasta hoy, a pesar de la Constitución, tenemos un régimen unitario. Esto se puede ver claramente en el encabezamiento de una nota del Boletín de la UMP: “Federalismo político, Unicato económico”.
Un aspecto importante para tener en cuenta: la UMP fue la primera en convocar a movilizaciones, a concentraciones y a marchas en la Capital Federal. Por ejemplo, estando el estado de sitio -agosto de 1963-, la Unión convoca a la Plaza de Mayo, mientras el CUDAG tiene una entrevista en la Casa de Gobierno. Esto se puede ver muy bien en la siguiente anécdota. Nuestro presidente, Olegario Maldonado, llevaba una ofrenda floral... ¿Por qué? ¿Qué hacíamos? Hacíamos una concentración. Cuando la policía nos mandó desconcentrar, decidimos hacer una marcha “silenciosa” a la Plaza San Martín para colocar una ofrenda al General San Martín. Estábamos en agosto. Caminamos por Florida. Llovía. Había tensión porque nos seguía la policía. Llegamos a la Plaza San Martín, pusimos la corona y un compañero se me acerca y me dice:
- Juan Carlos, hay que anunciar los actos que se van a hacer en los distintos barrios con los padres, de apoyo a la huelga docente y en defensa de la educación popular.
Yo estaba con un impermeable. Me lo saco y me subo al monumento a San Martín. Ésta es mi primera arenga pública como docente, antes lo había hecho en “actos relámpago” en solidaridad con Cuba. Desde ese lugar, convoco a las distintas concentraciones que se van a hacer. Se acerca la policía, y yo salgo rajando. Me pongo el impermeable, me subo a un taxi y desaparezco. Fue tan exitosa esa convocatoria, que se hizo en Plaza Italia, en Plaza Congreso, en Plaza Devoto y en Plaza Flores, en distintos días y horarios. En Plaza Devoto, juntamos 500 personas -según el diario-, entre padres y docentes. Reunimos a 500 personas a pulmón, sin medios.

La Unión tomó de la figura de Sarmiento su convicción con respecto a la educación popular. Es un caso curioso. Me olvidaba de decir que en el año 43-44 se impuso la enseñanza religiosa católica en las escuelas, algo que Perón deroga en el 54 cuando tiene el enfrentamiento con la Iglesia por la ley de divorcio. Es así como la escuela pública intentó ser reproductora de ideas ultramontanas.
Perón dispuso por Decreto que, cuando se mencionara a Sarmiento en todo documento militar, se lo mencionara como "El General Sarmiento". También en esa época, se hizo una jornada sarmientina en su homenaje. No olvidemos que a los cinco FFCC estatizados les puso Gral. Sarmiento. Mitre. Roca, San Martín y Belgrano. El diputado Oscar Albrieu (1946) llegó a decir que la línea ideológico-política del Movimiento Peronista era: Moreno, Sarmiento, Yrigoyen y Perón. Es interesante la figura de Sarmiento. Fue un hombre que tenía una convicción del desarrollo capitalista burgués en el cual se necesitaban las escuelas. Su discurso modernizador sostenía categorías que se hacen evidentes en diferentes expresiones. Por ejemplo, decía que con un arado de mancera no se necesita un campesino que sepa leer y escribir. Pero si se empiezan a usar las nuevas maquinarias agrícolas e industriales, las usinas, el telégrafo, la locomotora, los últimos inventos aplicados a los medios de producción de desarrollo capitalista, entonces, sí. En suma, pensaba la educación al servicio de un proyecto de país que se podrá discutir o no, pero que era una concepción de un país burgués avanzado que tenía como referente a EEUU y no a Europa como al principio pensaba. Atribuía a la educación primaria virtudes que por sí sola no podía tener si no iba acompañada por el desarrollo industrial del país. Como lo señalara la Asamblea Latinoamericana de Educación (en cual la UMP participó), que se realizó en Buenos Aires en 1965, con delegaciones de todos los países latinoamericanos, excepto Cuba (Aclaro que cuando hice las gestiones en Ceremonial para que aportaran las banderas de todos los países, en el acto de cierre en el teatro Gral. San Martín, no me entregaron la bandera de Cuba, a pesar de mi protesta): “Sarmiento vio claro el valor económico de la educación y el valor educativo del desarrollo económico, y supo diagnosticar con certeza las barreras estructurales que se oponen a ese desenvolvimiento, preocupándose antes que nada por la injusta distribución de la tierra y de las riquezas”. En el discurso de Chivilcoy, que fue su discurso presidencial, plantea la necesidad de hacer una reforma agraria. Retomando la cuestión de cómo la Unión tomó la figura de Sarmiento, es en el Movimiento de Defensa de la Escuela Pública donde aparece con fuerza su figura, el cual se constituyó en varios Distritos Escolares. Por ejemplo, en mi DE se formó en noviembre del 67 la Comisión Provisoria de Defensa de la Escuela Pública. En algunos DE publicaron solicitadas en los diarios.
En la lucha contra de la Reforma Educativa de Astigueta (año 1970-71), que con el Acuerdo de Nucleamientos Docentes (AND) logramos parar, contamos con el importante aporte de los padres de nuestros alumnos, a través del Movimiento de Defensa de la Escuela Pública.
El AND logró parar esa ley que ya desde el año 20 querían imponer los conservadores, los retrógrados. ¿Qué decían? Afirmaban lo siguiente: " - ¿En qué grado desertan los chicos? - En 5°. Hagamos hasta ahí la primaria". Era legalizar la deserción. Pudimos romper esa concepción y también defender el Estatuto del Docente. Estaban la Unión, los maestros movilizados en la calle con su guardapolvo y estandartes, los padres y los estudiantes. 
Y eso que era una época especial del magisterio, en la "edad de oro" del capitalismo -como la llama Eric Hobsbawm -, del mejoramiento del capitalismo a nivel mundial, la década del 60, el Estado de Bienestar, La Guerra Fría, etc. Es la onda larga del capitalismo, la cual terminaría en 1973, 1974. El maestro urbano, en Capital Federal, tenía buenas condiciones de vida: algunos tenían su Fitito, algunas compañeras maestras iban con tapados de piel a las manifestaciones. Ésta era la situación “porteña”, la cual contrastaba, como casi siempre, con el interior del país. Situación idéntica a la de los jubilados. Por esto, siempre luchamos por la aplicación del artículo 52 del Estatuto del Docente.
Aquí viene la gran discusión: ¿militancia o aventura? No se trata de encerrarse con 500 personas y hacer discursos incendiarios, y después no poder hacer nada, como pasó en tantos lugares, entre ellos la Universidad. Esto es aventurerismo, romanticismo. El militante es la mujer o el hombre que todos los días habla, organiza, discute con la gente de las bases. Ahí se producen los cambios cualitativos.
Si hacemos un análisis marxista del desarrollo de las organizaciones docentes en la Argentina, vemos lo siguiente: la creación del CUDAG, donde sólo se pelea por el artículo 38 y 52. Ese CUDAG es negado, es superado por el AND. Lo mismo pasa con el AND y la CTERA. No se trataba de destruirlo y liquidarlo, sino de tomar lo mejor de cada uno. Eso se hizo con un trabajo permanente. Nosotros, desde la UMP y la AMSAD, con la UEPC, el camarada Simón Furlán, otros amigos radicales, peronistas y socialistas, y con Arancibia y Sixto Paz en la ATEP, fuimos los forjadores en discusiones, con consensos, los que pudimos, con otros dirigentes, llevar adelante esto que fue la CTERA. Estamos hablando del núcleo duro que se propuso la unidad. También fueron importantes los aportes de Carlos Rochi y Alfredo Bravo, de la CAMyP.
Nosotros no solamente nos manifestamos contra la reforma educativa, sino que hicimos propuestas activas, con un programa. Hicimos jornadas durante varios años. No fueron encuentros pedagógicos como se dice en el libro De apóstoles a Trabajadores un poco despectivamente. Eran congresos sindicales, con padres del Movimiento de Defensa de la Escuela Pública, en Tucumán, en Mendoza, en Rosario. El Congreso Nacional de Educación, además de la participación de los gremios docentes, pertenecientes o no al AND, incluía a organizaciones obreras, de estudiantes, cooperadoras culturales, vecinales y sociales, pedagógicas, así como también personalidades del arte y de la cultura, etc. En suma, un amplio abanico de más de 200 organizaciones representativas.
También, discutíamos. En la etapa del Congreso en Mendoza (abril de 1971), un gremio docente vinculado a las 62 Organizaciones peronistas se va, se retira del Congreso. Cuando veamos esta etapa, profundizaremos el tema. Lo que fuimos logrando con esos encuentros, donde participaban entidades docentes de base, fue la posibilidad de discutir la necesidad de superar el AND.
Hay que decir que el Estatuto del Docente fue una conquista fenomenal. En las conversaciones que yo tenía con el Ministro de Educación en la década del 70, Taiana me decía: "Comínguez, yo estoy bárbaro acá. Nadie me viene a pedir nada. Este Estatuto permitió que el ingreso a la docencia no se haga por acuerdos políticos ni con discriminaciones, ni con afinidades ideológicas." Simplemente, el ingreso a la docencia se hacía a través de concursos de oposición y antecedentes. Antecedentes que los clasificaba una Junta elegida por los maestros y una oposición que se daba con jueces elegidos por los maestros y controlados por las Juntas. Es el cogobierno de la educación. De los cinco miembros de Juntas, tres eran representantes docentes. Sumado el artículo 38° que establecía que el ajuste del salario se iba a hacer anualmente de acuerdo al costo de vida , Así como también el artículo relativo a la jubilación (artículo 52o): 25 años de servicios al frente de grado sin límite de edad con el 82% móvil. Por esto, el Estatuto del Docente fue siempre derogado, o su aplicación, postergada. Cuando fui diputado, logramos restituir el artículo 52° por la Ley 21.118, que luego la dictadura volvió a derogar. En la Cámara fui miembro coinformante junto con el diputado peronista López.
Tenemos un Boletín de la Unión, de 1971 en el cual hablábamos de la resistencia al cambio. Allí se puede leer: "las deficiencias del sistema educativo surgen de una estructura económica tributaria de los grandes monopolios internacionales, y sólo la existencia de un gobierno que produzca cambios de fondo en las estructuras socio¬económicas, el desarrollo de la industria nacional y su liberación del capital extranjero, así como la liquidación del drenaje de rentas al exterior por la creciente penetración del capital monopolista posibilitará superar esas deficiencias". Es decir, dimos una batalla político-ideológica sindical en el sentido de que los maestros no solamente defendíamos nuestras reivindicaciones económicas, sociales, profesionales, sino que también dábamos un gran debate en defensa de la educación popular. Dábamos la batalla reivindicativa, pero poníamos el acento en que, sin cambios de sistema socioeconómico, no se podía llevar adelante en profundidad una reforma educativa popular, en la cual la educación jugara un rol liberador. Eso no quiere decir que nos quedemos sentados esperando que se produzca el cambio, la revolución.
Con respecto a las 62 Organizaciones: fue una creación de comunistas y peronistas. No es como se dice que "se alejaron". Los echaron. Echaron a los sindicatos que tenían conducciones comunistas con otros aliados, a diferencia de la CGT de los Argentinos, que, si bien las credenciales del MUCS fueron aceptadas, no fueron incluidos en la nueva dirección bajo el pretexto de “no convenía”. En la Unión siempre intentamos vincularnos con la CGT. Tal es así que teníamos espacios en Radio Rivadavia cedidos por la CGT. Está en los boletines. Personalmente en el 71 fui a hablar con Rucci (en ese momento Secretario General de la CGT). Hubo un problema con FOETRA. No me atendió. Estábamos en pleno paro docente. Creo que fui con el compañero Diéguez. Parte de los materiales impresos los hacíamos en sindicatos -Luz y Fuerza, UOM- porque no teníamos dinero. Otra herramienta era la solicitada. Para eso juntábamos dinero entre los maestros.
El crecimiento de la Unión fue importante en el periodo 1957-1966, aunque con diferencias por zonas. Por ejemplo, en las elecciones de juntas del 67. La Unión sacó, en la Junta 4, el 52% de votos; el 31%, la CAMyP; el 16%, la FAGE. Llevábamos a una maestra de candidata, que surgió de elecciones directas en la UMP. Como dice el volante dirigido a los docentes de la Junta N° 4, para que apoyaran la lista N° 8, el 30 de abril de 1967: nuestros candidatos surgieron de elecciones internas de tres tiempos: primero, en cada escuela; segundo, en cada Distrito; tercero, en los 5 Distritos de la Junta N° 4. Existía el prurito con respecto a que un maestro fuera a una Junta porque, según este prejuicio, no podía clasificar a un superior. Dominga Cama se llamaba. Una excelente maestra. Recibía a los maestros y les explicaba a uno por uno. Dábamos explicaciones a través de comunicados que llegaban por correo postal (que pagábamos nosotros). Esto no ocurría en todos los Distritos. En el año 1962, hubo elecciones de la Obra Social del CNE. La CAMyP, lista 2, obtuvo 3658 votos. La FAGE, lista 3, 2199 votos. Las otras listas, 2000 y 1803. Sumando la CAMyP y la FAGE tenían el 70% de los votos. La Unión no sé si se presentó, habría que chequearlo. Votaron 9135 maestros.
Fui delegado electo del Distrito Escolar 16. Me acerqué a la Unión cuando funcionaba en Virrey Cevallos, los sábados a la 10 de la mañana. Cualquier socio podía ir a las reuniones de la Comisión Central. Tenía voz, pero no tenía voto. Yo iba y opinaba. Después, pasé a ser miembro de la Comisión Central cuando nos mudamos a Rawson 314, lugar que nos cede una socia. Fui designado Secretario de Prensa (por esta razón tengo un archivo, aunque incompleto, que hacía paralelo al del gremio, con la ayuda de compañeros del DE 16, en especial de la recordada Dominga Cama, archivo que respalda mis recuerdos y afirmaciones). Mi insistencia para que el CUDAG fuera superado (están los escritos y acciones y discusiones en la Comisión Central) hicieron que fuera elegido para pasar a ser miembro del AND. Asimismo, fui designado por la UMP para integrar la JE de CTERA, en el cargo de Secretario Adjunto, cargo que, como los restantes, fue consensuado con los demás gremios que constituían la lista que ganó la 1° mayoría por el sistema proporcional. En 1972, fui elegido por el voto directo, según el sistema aplicado cuando ganaron Cama y Durán, candidato a miembro de Junta N° 4. En representación de la UMP, junto con el recordado compañero Fullone, ganamos en las generales por amplia mayoría. Asumí en 1973 como Presidente de la Junta N° 4, por poco tiempo, ya que pasé a ejercer plenamente mi cargo de Diputado Nacional, que progresivamente me exigió tiempo completo. Después del Golpe, a pesar del atentado que sufrí en mi domicilio el 24 de marzo, reasumí la Presidencia. A los pocos días, en carácter de tal, recibí y abrí el sobre, donde, papel de por medio, me anunciaban mi cesantía. Un recuerdo para el personal de la Junta, que, después me enteré, vigilaba mi entrada y salida de la escuela, en Villa Devoto, frente a la plaza homónima.  Luego, nos mudamos a Montevideo 681, que era de AMET. Anteriormente, funcionaba en Paso, pero yo, esa sede, no la conocí.
Yo soy detenido-desaparecido en el 77, y cuando aparezco dejo de ir al sindicato. Me entero de que algunos miembros de AMET le piden a la Unión que se vaya de ese lugar (la calle Montevideo), fundamentalmente porque había desaparecido una compañera, además de otros compañeros. La Unión se va a Betanzos un club vinculado al Partido Comunista, que es el único lugar que se consigue -México 1660- en plena dictadura. Ahí funcionó también la CTERA. Los camaradas Marta Trídico, Juan Carlos Valdés, Sara Chápiro y otros compañeros (yo no estaba en ese momento) iban a la nueva sede. Ahí recibían a los familiares de los compañeros desaparecidos, o presos, o cesanteados. El camarada Armando Pérez, también. Él fue quien frecuentemente visitaba a Bravo en la cárcel (creo que también él, por ser matemático, explicó en el Congreso Constitutivo de CTERA el Sistema D’Hondt). El viaje a La Plata lo hacía acompañado por Juan Carlos Valdez y Negrita, quienes esperaban a 4 o 5 cuadras de la cárcel para controlar y asegurar su “regreso”. En plena dictadura, el 11 de septiembre de 1976, hicimos un festival en el teatro Bambalinas, en Chacabuco al 800, donde participaron muchos artistas, cuyas tarjetas conmemorativas aún conservo. Juntamos dinero para los cesanteados. Algunos de la Confederación de Maestros les decían a los maestros que no fueran porque eso lo organizaban los comunistas Ese día creo que habló el compañero Raúl Durán, Presidente de la UMP, un dirigente excelente, amplio y representativo, quien también fue elegido por los maestros para integrar la Junta N° 4. Él fue cesanteado. El primer presidente de la Comisión Provisoria de la UMP, Plácido Fiori, fue dejado prescindible en la época de Ivanissevich, con otros docentes, en pleno gobierno constitucional. Como diputado presenté un proyecto para que fueran restituidos. Fiori era un excelente inspector, un hombre del interior, amante del buen decir. Me dejó un excelente informe en mi cuaderno de actuación, cuando yo era maestro en el DE N° 16.
Para entender la militancia en la década del 60, hay que volver a leer las formas de represión que describí antes para entender el marco político-social en el que militábamos. No teníamos licencia gremial pero igual nos hacíamos tiempo y lugar para visitar escuelas, ir a la UMP, simultáneamente al AND, y luego a CTERA, en mi caso. Llevar y discutir las propuestas para superar el CUDAG, luego el AND, a las entidades gremiales del interior. Salir los viernes, después de dar clase en Villa Pueyrredón, con mi bolso que había llevado a la escuela, con rumbo a Once, Retiro o Constitución, para viajar, en micro o en tren a las provincias. Participar de reuniones previamente concertadas con el sindicato, luego con los camaradas del Partido. Regresar los domingos a la noche e ir directamente a la mañana a mi escuela. La portera Manuela –peronista de alma- me preparaba el té y me acercaba “Crónica”. En mi aula ella había entronizado la imagen de la virgencita –así la llamaba cuando le ponía flores- antes de que yo llegara. Siempre quedó ahí. No hubo observaciones por parte de padres de otras creencias. Nos respetábamos en nuestras creencias. Antes del comienzo de hora, en el baño, con mi afeitadora eléctrica me afeitaba. Después, comenzaba mi jornada de trabajo. 
Además, organizaba charlas, campeonatos de fútbol, comunicados, boletines, concentraciones, marchas, etc. Tratar de ser el mejor profesional, perfeccionarse, leer. Escribir, imprimir y difundir los materiales del gremio. Pegar carteles. Visitar, a veces, en sus domicilios a los maestros. Llevar los comunicados de Prensa del gremio a los medios. Primero, a La Razón, La Prensa y La Nación, que estaban cerca, luego o antes, a Crónica –en Riobamba-. Clarín, donde el diablo perdió el poncho, etc. Las radios y los canales. Tratar de hablar con los periodistas y las agencias de noticias. Si me pongo a pensar, hago el camino de memoria. Lo hacíamos entre varios, aunque pocos los voluntarios (se hacía muy tarde). El dinero para viajar salía de nuestros bolsillos. Buscar locales para hacer las asambleas. Siempre tratábamos de impulsar la democracia sindical. Para las del DE N° 16 y aledaños: Club 17 de Agosto, Sportivo Devoto, Club Pueyrredón, El Talar, Club Morán, Asociación de Comerciantes de Villa Urquiza, Las Cajas de Crédito –que luego se convirtieron en Credicoop–, Club Estudiantes de Bs. As., Club Comunicaciones –donde también hacíamos los campeonatos-. Para las de toda la Unión, teatros: Bambalinas, Planeta, Burlesque –hoy El Vitral– en Rodríguez Peña. También el Centro Argentino de Ingenieros, la Bancaria, Asociación de Actores, etc. Hay que agregar la actividad partidaria, que se sumaba al cúmulo de tareas descriptas, con otras actividades políticas de masas: Solidaridad con Cuba, Vietnam, el Comité Docente de apoyo a mi candidatura a diputado, actos relámpago, volanteadas, el apoyo a la candidatura a senador de Alfredo Palacios, reclamar por los presos políticos, etc. 
En más de una oportunidad, miembros de la SIDE me fueron a buscar a la escuela, pero en el otro tumo. Venían el director y los maestros a mi casa, y me avisaban. Había respeto hacia nuestra militancia. No compartían nuestras concepciones ideológicas, pero había un respeto a nuestra tarea permanente. Cuando había paros generales declarados por el movimiento obrero siempre me iban a buscar a mi casa para detenerme. El sector popular tiene grados de espontaneidad en momentos determinados. Pero si no existen las fuerzas que organicen o se autoorganicen, que trabajen orgánicamente, que vayan transformando la conciencia en sí en conciencia para sí, tendrán el límite de las reivindicaciones parciales.
¿Cómo transformar esa falsa conciencia según la cual se pensaba “Yo soy maestro, soy un profesional. No tengo nada que ver con los trabajadores. ¿Cómo voy a ir a una huelga si mi deber es enseñar? ¿Cómo voy a ir a una marcha? ¿Cómo voy a ir con un cartel?" Esa falsa conciencia se fue modificando a través de discusiones, no con actitudes autoritarias o despreciativas, sino discutiendo que teníamos una responsabilidad ciudadana como maestros, que era la de la niñez. Capital Federal tenía cifras bajas de deserción, de analfabetismo, en comparación con otras provincias, sobre todo las del norte. Nosotros siempre lo decíamos, lo sacábamos en nuestros Boletines de la Unión: "el mapa del hambre coincide con el mapa del analfabetismo, la deserción y la repitencia". Planteábamos la necesidad de la asistencia para que el chico pudiera concurrir a la escuela, pero no solamente pedíamos eso. Pedíamos también el cambio de sistema. Porque el asistencialismo en las provincias conservadoras lleva al clientelismo. Teníamos una contradicción, por ejemplo, con el funcionamiento de las Cooperadoras Escolares. El fundamento de las mismas no era recaudar dinero para cubrir las carencias del Estado. De acuerdo con su origen en la Ley 1420, su fundamento era el de ser cooperadoras en el proceso de la educación. Después, se transformaron en recaudadoras de dinero. Si decidían los padres pintar la escuela, les decía que eso era responsabilidad del Estado. Pero los fines de semana, me arremangaba y los ayudaba a pintar.
En el 68, la UMP debatió problemas candentes de la enseñanza. La UMP resolvió que el CUDAG convocara a asamblea. Enviábamos cartas desde cada escuela para presionar al CUDAG. Escribíamos: "anulación de la reforma educativa, aumento de emergencia, etc.", y planteábamos la solidaridad con los gremios del interior del país. Una cosa era encerrarse y hacer encendidos discursos contra el CUDAG, y otra era consensuar, ir escuela por escuela, imprimir documentos, boletines, repartirlos y demás. Cuando nosotros empezamos a superar, negando dialécticamente al CUDAG, tomamos lo positivo que había. Esto lo decimos en un Boletín de la UMP -el número 44, en 1968-, hablando de las Jornadas Docentes donde participa la ATEP, donde participa el compañero Arancibia. Ahí decimos: vamos a seguir trabajando en el CUDAG, pero vamos a seguir dialécticamente tratando de superar al CUDAG. 
"Tampoco escapa a UMP que, si bien el CUDAG ha desempeñado un papel importante como aglutinador y que condujo al magisterio a la lucha por conquistas económicas, su estrechez de objetivos y limitaciones no están en concordancia con el volumen de los problemas que tiene actualmente planteada la docencia y la educación argentina. O el CUDAG ensancha sus bases o se hace necesaria la búsqueda de nuevos caminos de entendimiento y acción. Ello sin perjuicio que la UMP continúe bregando dentro del CUDAG por los objetivos que le dieron origen como asimismo por lograr que el CUDAG se amplíe en la dirección propuesta."
Los escritos a continuación se pueden consultar en el archivo:
- Resoluciones de la Asamblea General 19 de Junio de 1965 (publicada el 21 de junio de 1965):
“Convocar a un Encuentro Nacional de todas las entidades gremiales de educadores para discutir e impulsar los objetivos sindicales y ser, al mismo tiempo, el punto de partida que concrete definitivamente las aspiraciones del magisterio argentino: La organización de los docentes en una sola entidad gremial, única garantía...”
- Llevado a la práctica:  Convocatoria al “Encuentro de Rosario” para discutir las bases que pudieran promover la reestructuración del CUDAG, propuesta en junio de 1965, y llevado a cabo el 31 de julio de 1965 – 10 de agosto de 1965. Leer el despacho “Comisión N° 1”.
- Después del paro, en un Comunicado de Prensa, la UMP –sábado 26 de junio de 1965– entre muchas coincidencias propone “ampliar su representatividad” en relación con el CUDAG.
- En un Boletín del DE 16°: “El CUDAG debe convocar a los maestros para informar, recabar opiniones y disponer medidas...”; “Deben ser paros activos”.
- Resoluciones adoptadas por la Comisión Directiva del DE 16° y el Cuerpo de Delegados de Escuelas (contra la iniciativa de la dictadura que quería aplicarles a los docentes el Estatuto del Personal Civil de la Nación, el 18 de noviembre de 1966): la superación del CUDAG.
- Motivos de inmediata y urgente reivindicación que justifican la necesidad de ampliar los objetivos del CUDAG, y otras propuestas (5 de agosto de 1967).
- Resolución de la Asamblea del 23 de Marzo de 1968 de la UMP: se propone que el CUDAG convoque a Asamblea y encuentro de todas las entidades de todo el país. Boletín y Clarín –24 de marzo de 1968 –.
Y lo que denomino el “Eslabón Perdido”, ya que se omite en casi todas las investigaciones: El Encuentro Nacional, en el que convocamos para el 19 de octubre de 1968 a todas las entidades de base (Boletín de la UMP. N° 43, octubre de 1968). También ver “Clarín” del 22 de octubre de 1968 bajo el título “Encuentro en la UMP”.
- En el Boletín N° 44 de noviembre de 1968 (“Organizar la Acción”), se pueden leer las entidades de base que participaron (se destaca ATEP) de CGERA –creada en 1967 el Día del Maestro–, que resolvieron una serie de pasos a seguir con vistas a lograr la unidad gremial definitiva, convocando a un Encuentro Nacional. 
- Boletín N° 45 (febrero de 1969): convocatoria al 2° Encuentro Nacional (reunión previa el 8 de marzo para que, en común, se fijen: temario y lugar (deja de ser una iniciativa nuestra, buscándose el consenso como siempre, no se impone nada).
- Boletín N° 46: transformado en Jornadas Docentes para la Unidad en la Acción, se reúnen entidades de base en Córdoba el 4 y el 5 de abril en la sede de la UEPC. Se designa una Comisión Promotora, y se toman importantes resoluciones.
- El 19 de abril, en la UEPC, nos reunimos como Comisión Promotora. Se resuelven algunas entrevistas a CAMyP, Movimiento en Defensa de la Escuela Pública y la Federación de Educadores Bonaerenses D. F. Sarmiento.
- La siguiente reunión de la Comisión tiene lugar en Capital Federal el 27 de abril. Acto en Rosario el 21 de junio en el Monumento a la Bandera. Convocatoria a las siguientes Jornadas en Tucumán los días 11, 12 y 13 de julio de 1969.
- Se lee en el Acta del 27 de abril de 1969 las entrevistas que sostuvimos con la CAMyP (participamos Durán y yo por la UMP), con el Movimiento en Defensa de la Escuela Pública ( de éstas y de otras entrevistas se programaría el Congreso Nacional de Educación) y con la Confederación Bonaerense D. F. Sarmiento.
- Boletín N° 49 (abril de 1970): las cartas que los maestros envían al CUDAG para presionar.
- En el Boletín N° 51 (octubre de 1970): presentamos al AND en nuestro Boletín 
- Boletín N° 52 (noviembre): bautismo del Acuerdo convocando al histórico paro del 18 de noviembre de 1970, en especial contra la Reforma Educativa, por una Auténtica Reforma.
Se habían producido los cambios en cantidad y en calidad. Esto se puede ver en otros documentos, recortes, informes, etc., que están en otro archivo, el cual pongo a disposición de cualquier interesado. En el mencionado archivo se refuerza lo antes mencionado.
Lo afirmado hasta aquí supera, a mi entender, con los documentos a la vista, lo que se sostiene en la página 65 de la Historia de CTERA I sobre el hito del AND cuando reproduce:
“El proceso de unidad nace de un acto que firmamos CGERA... y la CAMyP, y las otras fuerzas...”
Las “otras fuerzas” fueron: la UMP y AMSAD, ATEP y UEPC, el núcleo duro de la unidad. Asimismo, nada se dice del Encuentro Nacional y las Jornadas Docentes. Se omite, posiblemente por no contar con material o con testimonios, el largo proceso que encabezamos como UMP para superar el CUDAG. Si no, el nacimiento del AND sería obra de un “milagro”. Nuestros esfuerzos tuvieron importantes resultados. Con gran satisfacción volvemos a ver y a leer la página 6 de “La Nación” del 2 de junio de 1971: en la foto podemos ver docentes y estudiantes en la Plaza de Mayo con motivo del paro por 72 horas. En primera fila hay un cartel de la UMP DE 12. Más abajo, aparte, se anuncia la medida tomada por el Ministerio de Educación: “SUSPENSIÓN DE LA REFORMA EDUCATIVA”. Basta leer la reseña de la recordada compañera Marina Vilte en la Memoria Anual ADEP 72/73. Por tales motivos, guardo con orgullo el carnet de la UMP.  Cuando lleguemos al proceso de creación de la CTERA, informaremos acerca del papel de la UMP, teniendo en especial consideración el punto 8° del AND. 

Es lo mismo ante un gobierno que quiere ser progresista o dice serlo. ¿Qué hacemos? La crítica absoluta, o vamos a rescatar lo mejor. Muchos dicen que esto es reformismo. Nosotros por lo menos tuvimos un proyecto de construcción. No fuimos al CUDAG y rompimos con todo. Yo era uno de los más contestatarios. Le debo un gran respeto y reconocimiento a la compañera Esther Solves, delegada de la UMP al CUDAG. Tenía veintipico de años. A veces me ponía severo con la compañera. Uno siempre quiere más, pero cuando se va metiendo de lleno en los problemas, se va dando cuenta de que no es tan sencillo.
Marx afirmaba que el pueblo, la gente, el sujeto se plantea los problemas que puede solucionar. Por eso no planteamos la CTERA antes del Acuerdo. Si tomás los niveles, ramas y jurisdicciones que tiene la docencia en Capital y en todo el país, en aquella época, en el Consejo Nacional de Educación, funcionando en las provincias, con patrones estatales diferentes, el sindicato único, ¿qué forma tendría que haber tenido? Federativo, representativo, delegativo, de democracia directa. Creo que no son las palabras. ¿Qué es el sindicato único? ¿Dónde estamos todos? Nosotros siempre nos ajustábamos a las estructuras que tenía el sistema educativo argentino. Al tener las características señaladas, la propuesta de sindicato con personería gremial se daba dentro de estas condiciones. Eso no quiere decir que en una negación y superación de la CTERA se llegará a un sindicato único de todos los niveles, jurisdicciones, privados, estatales etc. O, tal vez, sí. Lamentablemente, la CAMYP, AMET y otras organizaciones no están en CTERA.
Tuvimos discusiones dentro del CUDAG con respecto a la defensa de la educación popular. Por eso la negación y superación del CUDAG (que era la unidad en la reivindicación) en el AND, que debuta el 18 de noviembre de 1970 contra la reforma educativa con un paro fenomenal. El AND cambia en cantidad y calidad los principios del CUDAG en defensa de la educación popular, contra la reforma educativa: unidad en los principios. El paso superior fue la unidad en la organización: CTERA. Las declaraciones de principios del Congreso constitutivo de CTERA son extraordinarias. Para mí, son una pieza de consenso de todas las fuerzas políticas que participábamos, en las cuales pudimos, con sabiduría -que a veces nos falta en el campo popular-, encontrar la salida. Se debatió mucho. Se incorporó el tema de los derechos. Habla de los derechos que surjan de la lucha del pueblo. Y el axioma fundamental de los obreros, trabajadores, proletarios: “La Solidaridad es la base de la acción gremial” (inciso 8°).
Con respecto a la disrupción del orden constitucional, la UMP sacó un documento contra el golpe de Onganía en 1966, previéndolo. Decía algo así como: "la quiebra del orden institucional va a tener como siempre la consecuencia de que vamos a perder los derechos adquiridos por el Estatuto del Docente". Nos costó mucho trabajo sacar ese documento. El Consejo Superior de la UBA por 17 votos a favor y 7 en contra sacó por esos días un documento similar en apoyo a la vigencia de las instituciones. A las pocas semanas, tuvo lugar la “Noche de los Bastones Largos”. Nosotros siempre sacábamos las cosas por consenso. Pero estaba ganada la opinión publica, la falsa conciencia. Se consideraba el gobierno de Illía como un gobierno lento, ineficaz. Llamativamente, si lo ves a la distancia, fue un gobierno de la república burguesa que tomó algunas medidas interesantes como la anulación de los contratos petroleros, una posición firme contra las empresas farmacéuticas transnacionales llevó la distribución del PBI a cifras muy similares a las del primer gobierno del general Perón. No envió tropas a Santo Domingo, fijó precios máximos, redujo la desocupación del 8% al 4.6%. Siendo minoría en el Parlamento (en 1965 la Unión Popular había sacado el 37.4 % de los votos), no le aprobaron el Presupuesto Nacional. Nosotros tuvimos libertad en el campo de la educación, aunque no se derogó la ley de represión al comunismo. En ese momento costaba mucho impedir el golpe de Onganía. En lo personal, en el mes de junio de 1966, antes del golpe, estaba dando una charla al mediodía –era un sábado- en un local del PC situado en Zavaleta 136. Algunos camaradas, en un acto relámpago, colgaron en el alumbrado público un cartel inmenso: “Enfrentemos el golpe gorila contra el pueblo en la calle. FJC”, en Av. Caseros y Zavaleta. Algunos policías detuvieron a algunos manifestantes rezagados. Enterados en el local, salimos más de 20 compañeros que, sumados a los 100 que volvían sobre sus pasos, pudimos abortar las detenciones por los medios que se pueden imaginar. Fueron ejemplos de lucha contrarios el accionar de Vandor, quien fue a la Casa de Gobierno para apoyar el golpe. Asimismo, tuvo el apoyo de la burocracia sindical y de sectores empresarios ligados al capital extranjero, grupos que propiciaron el golpe y la pasividad de la sociedad. Fuimos uno de los pocos gremios que sacó, previo al golpe, una declaración en contra del mismo, hasta los propios radicales tuvieron una actitud pasiva. Este documento que muestro lo sacamos cuatro días después del golpe. Hubo una discusión fenomenal en la Comisión Directiva de la Unión. El comunicado contra el golpe se sacó. Ahora bien, que después por atrás nos sacaran un Boletín, de eso no te podría decir que no porque el golpe de Onganía fue complicado a nivel educativo, ya que ponía toda su carga en la cuestión educativa, repitiendo lo sucedido en el 43-44 con el Opus Dei y todos sus personajes.
Hice un trabajo ordenador del 67 a 73 con todos los ministros de educación. José María Astigueta fue ministro de Educación. Hubo concentraciones que hacíamos en su contra en Plaza Pizzurno, las cuales fueron reportadas por la prensa de la época. Astigueta ya había sido funcionario de otras dictaduras. Curiosamente, porque nos tocó discutir con él (ésas son las cosas que uno tiene que ver no en blanco y negro, sino con todas las contradicciones), el subsecretario del ministro José Luis Cantini, que sucedió a Astigueta, era Mignone, el fundador del CELS. Fue funcionario en aquella época. Me acuerdo que teníamos muchas discusiones. Para esa época escribía en La Opinión, como se puede ver. A la distancia, lo que hicimos nosotros desde el punto de vista de la movilización popular fue fantástico.
Acá hay declaraciones mías en relación al papel del CUDAG: 
"Difícilmente hubiera podido efectivizar los planes de lucha como lo está haciendo. Esta evidencia se acentuará próximamente pues nos proponemos la gran movilización nacional, en defensa de la educación popular en la que participarán bibliotecas, cooperadoras escolares, gremios, obreros, asociaciones de madres y padres y todos aquellos que de alguna manera u otra..."
En la época del Acuerdo –el 23 de junio de 1972-, hicimos un encuentro en el Centro Argentino de Ingenieros (CAI), donde participaron en apoyo a las propuestas del Acuerdo y el paro nacional del 5 y el 6 de julio todas las organizaciones políticas, gremiales y sindicales, la SADE, FUBA, FUA, organizaciones rurales, etc. aunque faltaron las religiosas. Tuvimos un apoyo fenomenal: desde la CGE, la CGT (habló Barrionuevo), de los Centros de Estudiantes, Asociaciones de padres, etc. Tal fue la envergadura que al otro día el Partido Justicialista nos mandó una nota (era el único que no había asistido por haber tenido que atender a la Convención Nacional) disculpándose. Los volantes se imprimieron en COGTAL, que, varias veces, después, sufrió atentados. Para nosotros, era una obsesión la vinculación con los padres, fundamentalmente con los hijos de los trabajadores que estaban nucleados en los sindicatos. En el documento del AND que leí en el CAI , entre importantes afirmaciones, en el punto 4 –Plan de Acción– , en el inciso f decíamos: “Impulsar la formación de Federaciones, a nivel provincial, con organizaciones de base para transformar el Acuerdo en la Organización Nacional Confederal, basada en los principios anteriormente enunciados, en una auténtica representatividad, en el respeto de la democracia sindical, de la autonomía de las entidades y de la cohesión y disciplina en la lucha común”. Ese documento, además de la CAMyP, CCID, CGERA y UNE lo firmaba el Movimiento Gremial Docente de la provincia de Buenos Aires, agrupación que impulsaba la unidad en la provincia. En otra oportunidad habría que volver sobre este Movimiento, y estudiar su papel en ese momento. Toda iniciativa en defensa o en pro de la Educación Popular se tiene que hacer con el pueblo, con las masas, con la gente. Miles, millones tienen que participar en lo que nos propongamos. Porque el núcleo económico-político-ideológico de poder real tiene una fuerza tal que, ante cualquier movimiento que atisbe que se puedan producir cambios que atenten contra sus intereses de clase, lo va a frenar. Lo va a frenar porque sus intereses económicos de clase no los va a ceder nunca si no es a través de una gran movilización, de una gran lucha.
Seguí siendo Secretario Adjunto de CTERA hasta 1975. En 1973 fui electo diputado por la Alianza Popular Revolucionaria. Pero, además de la labor parlamentaria, había detenidos, desaparecidos, fusilados, ponían bombas en locales, atentados. Por eso, me llamaban a las dos de la mañana al antiguo buscador, y me informaban que habían detenido a un compañero de cualquier fuerza política y yo iba. La condición de diputado, la credencial, te permitía ingresar a las comisarías, que estaban todas a oscuras. El haz de luz te iluminaba y avanzabas. En las esquinas había impedimentos para que no pasaran coches delante de las comisarías. Entonces, había que entrar a la comisaría, preguntar si estaba fulano o mengano. En algunos casos, nos decían que sí, pero estaban incomunicados. Yo les decía: "Bueno, yo los quiero ver. No voy a hablar con nadie". El carnet de diputado y la inmunidad que daba el cargo permitían hacer esas cosas. También ganaba la calle, como el 25 de mayo de 1973, cuando una gran movilización sacó a los presos políticos de Devoto. Ese día, ingresé temprano al penal con la Liga por los Derechos del Hombre. Al día siguiente, en la de Caseros, con otros diputados que habíamos sido designados por el Parlamento, firmé el acta de liberación que luego fue ratificada por la Ley de Amnistía.
Participaba en cuanto conflicto o necesidad se presentara y me requiriera (huelga, movilizaciones, toma de empresas, de colegios, facultades, ferias –por la carestía o el desabastecimiento-, restitución de despedidos por la dictadura, luchas agrarias, visitas a los nuevos presos políticos en las cárceles, visitas a fábricas (para obligar el funcionamiento de las llamadas “guarderías infantiles”), secuestros, búsqueda de desaparecidos, atentados, etc. En mi oficina tenía saco y corbata, ya que se había dispuesto creo que después de la muerte de Perón que no se podía entrar sin esa indumentaria a la Casa Rosada, adonde iba frecuentemente a reclamar con los familiares y efectuábamos la denuncia y el reclamo.

Viajé a Chile, días después del Golpe de Pinochet. Me entrevisté con la Junta, reclamando por los presos políticos, los asilados que estaban en la Embajada de Argentina y la repatriación de los restos de los  argentinos asesinados por la represión. Los dos últimos reclamos se pudieron concretar, dada también la importante colaboración de la Cancillería de Argentina. En estas gestiones también participaron diputados de diferentes fuerzas. Siempre buscaba el consenso. Así se pudo aprobar otra iniciativa mía, fusionada con otra del Justicialismo, la Ley 20.582 (jardines maternales zonales). También la Ley –tuve disidencias con el recordado Carlos Auyero por la fidelidad que debía tener el docente con la filiación ideológica del patrón-, sobre la Estabilidad de los Docentes de establecimientos privados. 

También, debido a mi iniciativa –fue un juramento pre-electoral- se construyó una escuela en la Capital Federal. Puede leerse en el pergamino que me entregaron: “La Comisión Vecinal “Unidad y Progreso” y la Comisión de Madres de la Villa R. Varela al inaugurarse nuestra Escuela N° 29 brinda el merecido homenaje al artífice de la construcción de la misma. Pueblo y representantes unidos para cumplir con la sagrada misión de enseñar y educar” 20-VI-75, cubierto de firmas. Recién ahora, 32 años después, tomo conciencia, emocionalmente: “fundé una escuela”. Para todo esto sirve ser parlamentario. Siguiendo con la tradición socialista, habíamos dispuestos que cobraríamos el salario medio de un trabajador con cargo de “oficial”.    
Mi último discurso en el Parlamento denunciando el golpe es del 10 de marzo de 1976. Los antecedentes eran tremendos. Nosotros como PC tuvimos una entrevista con Perón en diciembre del 73. Le llevamos tres preocupaciones: la convocatoria a una constituyente, la modificación de la ley de los estatutos de los partidos políticos y la acción de las bandas fascistas que actuaban ya en 1973.
En lo referente a la magnitud que iba a tener la dictadura, lo desconocíamos. Cuando el 24 de marzo me revientan la casa, me dejan cesante y empezamos a ver una sucesión de cosas, me dedico a viajar por el interior para pedir por los detenidos-desaparecidos. En mayo del 77 me secuestran cuando salía del local del PC porque yo viajaba por 2° vez a Jujuy a reclamar por la aparición de un compañero, el profesor Cosettini, docente que era secretario del Partido en Jujuy, y, al mismo tiempo, por las condiciones de los presos, entre los cuales se encontraba su esposa.
Volví a acercarme a la UMP en el 82, cuando tuvo lugar la Guerra de las Malvinas, pero ya no volví a militar gremialmente. Me dediqué a la construcción de una fuerza política de izquierda-centro, reeditar la Alianza Popular Revolucionaria con otras características. Dimos pasos importantes. Creamos el Foro Metropolitano para la Liberación, con cuatro fuerzas peronistas que venían de la Tendencia, el Partido Intransigente, el Partido Socialista, la Democracia Cristiana y el MAS, que dio lugar al Frente del Pueblo, el cual a mi entender fue la experiencia más clara y precisa de la unidad de izquierda-centro. Una experiencia que después se frustró. Por eso, tomé distancia del Partido en el 89 por la concepción del frente, que pasó a ser Izquierda Unida, que estaba circunscrito a fuerzas muy reducidas y cerradas. 
En el folleto “Visión y síntesis del XIV Congreso del Partido Comunista de la Argentina”, se reproduce una intervención mía (página 30), donde sostengo: “Venimos a este Congreso con la alegría de haber vivido en este mes de agosto (1973) uno de los acontecimientos más importantes que registra la actividad gremial docente: la unidad orgánica de la docencia. En las jornadas preparatorias del próximo Congreso de la Unidad Docente... se fijaron los pilares que sostendrán el accionar docente, creando las más favorables condiciones para la reconstrucción democrática de la escuela argentina. Este triunfo de las fuerzas del laicismo marcha a constituirse definitivamente en un ente confederal que se basará en los siguientes principios gremiales: independencia frente al Estado y a toda posición político-partidista; organización según la democracia sindical; todas las tendencias participarán según sus fuerzas, a través de la representación proporcional; incorporación a la CGT”.
El autor agrega “Comínguez recordó las grandes luchas del magisterio contra la política reaccionaria de la dictadura en la escuela pública y en defensa de las reivindicaciones económico-profesionales del magisterio, valorando el aporte de los comunistas en estas acciones y el papel orientador que en ellos tuvo la línea política del PC, y tiene ahora en la plasmación de la unidad”. Un mes después se constituía la CTERA.
 
 

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